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Calderas de condensación, las más eficientes y sostenibles del mercado

Una caldera es una máquina que ha avanzado muchísimo en los últimos años destinada a calentar agua y generar calefacción, haciéndose cada vez mejores, más eficientes y sostenibles.

A medida que se desarrollaban las calderas, se empezaba a limitar la compra de las más antiguas, ya que se consideraron demasiado peligrosas, contaminantes y costosas, en comparación con las sucesoras.

Como veremos en este artículo, las mejores calderas del mercado que se pueden encontrar actualmente son las calderas de condensación. Si estás pensando en adquirir una caldera, lo más rentable es que te decidas por una de estas porque son las más eficientes.

– ¿Qué clases de calderas llegaron a existir antes de la definitiva?

A continuación, explicaremos y enumeramos los tipos de calderas que han existido hasta llegar a la definitiva, la caldera de condensación. Siendo la primera la peor y más primitiva, y siendo la última la más reciente y más eficiente:

Atmosférica: son las calderas tradicionales y funcionan recogiendo el oxígeno para la combustión de la habitación donde se encuentran y la vierten en el exterior. Desde 2010 no está permitido instalarlas ya que existen calderas con un grado de sostenibilidad más alto.

Tiro Forzado: la única diferencia que tienen estas calderas respecto a las anteriores es que tienen un ventilador para expulsar los gases, para que no se inviertan en el exterior de forma brusca. Este tipo de calderas también quedan prohibidas desde 2010.

Estancas: son calderas que también cogen el aire del exterior, pero lo hacen a través de una tubería y la vierten de la misma forma. Debido a su cambio de funcionamiento respecto a la atmosférica, resultan más eficientes ya que con menos gas consiguen más energía. Estas calderas quedan también prohibidas en 2013, excepto en viviendas unifamiliares aisladas o viviendas de edificios siempre y cuando la extracción se realice por el tejado.

Estancas de bajo NOx: son un tipo de calderas estancadas, pero a diferencia de estas, gastan menos combustible ya que la transmisión de óxidos de nitrógeno es menor. Sin embargo, estas calderas siguen emitiendo una buena cantidad de gases, provocando que en 2015 ya no se pudieran fabricar aunque no fuera obligatorio retirar las que aún siguen en el mercado. La ventaja era que la extracción de humos se podía realizar por fachada.

 

Calderas de condensación: lo mejor que se puede encontrar en el mercado y son las más avanzadas tecnológicamente. A partir del 26 de septiembre de 2015 los fabricantes solo pueden ofrecer este producto, por lo tanto son las que acabarán por comercializarse.

 

En el mercado podemos encontrar y nos pueden ofrecer calderas a precios muy económicos, que todavía están en existencias y que no sean de condensación. Debemos tener en cuenta que compramos un producto de bajo rendimiento, consumo elevado y emisiones de CO2 y NOX elevadas.

– Ventajas de las calderas de condensación:

1º – La caldera de condensación reutiliza el calor, así que vuelve a utilizar un 11% del calor que se ha conseguido en una condensación Esto provoca que aumente el rendimiento energético y disminuye la pérdida de humos.

2º- El gas que utiliza para quemar el líquido, puede realizar su función con una temperatura menor que la de una caldera normal. Puede adaptarse a las necesidades térmicas del exterior, impulsando agua a diferentes temperaturas en función de la temperatura del entorno. Debido a esto, las calderas de condensación tienen un 20% más de rendimiento.

3º- Las calderas de condensación reducen hasta un 70%, las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2). Debido a que necesitan un menor consumo de gas.

4º- Tienen mayor aprovechamiento energético, proporcionando un ahorro del 30%. Pues los gases de combustión para calentar el agua, se aprovechan mejor. Eso sí, debido a la amortización óptima que se le da al combustible, es necesario un desagüe para deshacerse de los líquidos generados.

5º- Otra de las ventajas de estas calderas es que tienen un mantenimiento más sencillo y rápido.

Podríamos citar algunos inconvenientes, aunque los beneficios son mayores:

1º- Necesitan una salida de humos (aunque los gases que desprenden son inocuos a diferencia de sus antecesores).

2º- Precisan instalar un desagüe para eliminar los condensados, si bien también la inversión a realizar es superior, se puede amortizar fácilmente en poco tiempo. Esto se debe a que se vuelve a utilizar un 11% del calor condensado.

Centro de asesoramiento y gestión de la construcción - Adolf Cabañas Egaña